Fuente:www.abc.es
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Somos un grupo de Abogados que pretendemos introducir unas mejoras básicas y dignificar el ejercicio de nuestra profesion. Manuel L. Rodríguez Hidalgo - Pedro J. Cantos Luque - Víctor de Prado Alcalá - Alfredo Jesús Povedano Molina - Pedro Herrera Cuevas - Mariano Ramírez Ayala -
Publicado el 18-05-2009 , por Cristina Fontgivell. Barcelona
Los tres letrados que aspiran por el momento al decanato del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB) coinciden en la necesidad de impulsar la apertura de la institución a la sociedad de la capital catalana. Màrius Miró, socio fundador del bufete Roca Junyent, competirá con Luis del Castillo, del despacho Del Castillo y Pedro Yúfera, de Yúfera & Giménez Torres, por el puesto que actualmente ostenta Silvia Giménez-Salinas.
De arriba a abajo: Màrius Miró, Luis del Castillo y Pedro Yúfera.
Las elecciones se convocaron oficialmente el pasado 13 de mayo, y los comicios tendrán lugar el 30 de junio. Pese a que Del Castillo, Miró y Yúfera se presentan como los tres únicos candidatos, las listas no se cerrarán hasta el 5 de junio y podrían presentarse nuevos aspirantes al decanato.
El ICAB cuenta actualmente con 19.000 colegiados. La cuota de entrada para los socios asciende a 1.000 euros, a la que hay que sumar una anualidad de 200 euros.
Según Miró (Barcelona, 1948), “el colegio debe ganar visibilidad y prestigio”. El abogado, especializado en derecho procesal y civil considera que “los colegios profesionales acaban siendo una maquinaria ensimismada que se preocupa por su funcionamiento interno y no mira hacia afuera”. El letrado, en ejercicio desde 1972, considera que el órgano de representación de los abogados en Barcelona debe ser más “exigente”. “Echo de menos la presencia cívica del colegio”, señala.
El candidato considera que el ICAB debería realizar más informes y foros de discusión sobre cuestiones legales y económicas. “Están pasando cosas enormes en el sector: la huelga de jueces, la nueva ley de acceso a la profesión de 2010, entre otras medidas, y el colegio no ha sido capaz de posicionarse en ninguno de estos aspectos”.
Según Miró, el ICAB cuenta con el presupuesto necesario para asumir la celebración de más eventos y contar con un departamento de elaboración de estudios. El organismo tiene un presupuesto de 39,66 millones de euros, la mayoría del cual se destina a financiar el turno de oficio. Los colegios de abogacía se encargan de asumir el sueldo de los abogados de oficio, figura necesaria para que la justicia sea gratuita para aquellas personas que no tengan los recursos necesarios para costearles un representante legal.
Continuidad
Frente a las necesidades de cambio planteadas por Miró, Pedro Yúfera (Barcelona, 1957), actual vicedecano del colegio barcelonés, apuesta por una estrategia más continuista. “En 2005 encontramos el colegio en una situación muy complicada y nos centramos en aplicar criterios de austeridad; hay que seguir con la misma estrategia”, advierte. Yúfera ha sido secretario general del Instituto de Estudios Europeos y consejero de la Caixa d’Advocats y de Iuris Segur, entre otros cargos.
Pese a que considera que la labor de Giménez-Salinas ha sido la adecuada, el letrado reconoce que “la profesión se ha modificado por la crisis y el colegio tiene la capacidad para ofrecer los medios que contribuyan a paliar las dificultades”. En este sentido, el actual vicedecano apuesta por ofrecer más formación gratuita y potenciar las relaciones entre socios. “Debemos crear un punto de encuentro para que los abogados hagan networking, encuentren sinergias”, dice. También propone dar un nuevo impulso al servicio de orientación jurídica y de relaciones internacionales, así como fomentar la bolsa de trabajo.
En el sector existe la visión de que el colegio no ofrece la representación necesaria a los abogados. “Se trata de un órgano testimonial poco útil para el sector”, señala un letrado que prefiere no identificarse. “El colegio debe velar más por nuestros intereses”, advierte otro abogado.
El tercer candidato a los comicios del 30 de junio es Luis del Castillo (Madrid, 1934), antiguo decano y vicedecano del ICAB. Del Castillo dice que la campaña electoral será “sosegada”, pero destaca que la principal labor del nuevo decano debe ser la de represtigiar la abogacía. “En otros países europeos, como Francia o Alemania, se ve al abogado como una persona con una función social importante, pero en España la profesión no tiene prestigio”, afirma. El letrado, que vive en Barcelona desde 1959, fundó su propio despacho penalista hace más de 30 años. Se define a sí mismo como un “abogado de a pie que disfruta en los estrados y los juzgados”.
Una de sus ambiciones si resulta electo será la de “imbuir al abogado joven un sentido de la responsabilidad que antes existía y que ahora ha desaparecido”. Para conseguirlo, propone dotar de más recursos al turno de oficio. “La precariedad actual ha llevado a buena parte de los abogados de oficio a visitar a sus representados sólo dos días antes del juicio; así es imposible preparar una buena defensa”, señala.
Entre las novedades de los comicios destaca la posibilidad de votar desde las 11 delegaciones territoriales del colegio profesional.
Los ejes de la campaña
- El pasado 13 de mayo se aprobó la celebración de elecciones en el Colegio de Abogados de Barcelona. Hasta el 5 de junio pueden presentarse candidaturas alternativas a las de Miró, Yúfera y Del Castillo.
- Màrius Miró, socio fundador de Roca Junyent, considera que el Colegio de Abogados debe abrirse a la sociedad con más actos y estudios sobre abogacía.
- Pedro Yúfera, actual vicedecano del ICAB, apuesta por mantener la estrategia de la actual decana, Silvia Giménez-Salinas, basada en la austeridad.
- Luis del Castillo, que ha sido decano y vicedecano, asegura que las prioridades son represtigiar la figura del abogado y mejorar las condiciones del turno de oficio.
Fuente:www.expansión.com
Sala de un juzgado
Aproximadamente un tercio de los abogados en ejercicio en la Comunidad Autónoma vasca componen las listas de turnos de oficio. Formar parte de estos listados es voluntario desde hace 18 años, como recuerda Nazario Oleaga, decano del Colegio de Abogados de Bizkaia: "Cuando yo comencé a ejercer era obligatorio estar en las listas. Por lo menos te pagaban, había una compensación mínima, porque anteriormente, era obligatorio y además no estaba remunerado, era una forma de ayudar al sistema judicial".
Siendo voluntario ¿qué motiva a un abogado a inscribirse en el turno de oficio? Nazario Oleaga opina que las motivaciones son variadas, pero hay dos principales: "Fundamentalmente las económicas y las ganas de ayudar". De todas formas, el hecho de que sea voluntario no ha supuesto ningún problema a la hora de tener abogados suficientes. "Hubo un momento duro con el boom de los casos de violencia doméstica. La gente que llevaba esos casos estaba casi las 24 horas del día dedicada a ello, pero se duplicó el número de abogados y ahora están mejor", dice Oleaga.
Asistencia gratuita
Es importante diferenciar entre turnos de oficio y asistencia jurídica gratuita. Los letrados y letradas que prestan asistencia jurídica gratuita son designados del turno de oficio, pero no siempre que se designa a un abogado de oficio el defendido tiene derecho a asistencia jurídica gratuita. En ocasiones, el procedimiento exige que se designe a un letrado del turno de oficio, pero el cliente debe hacerse cargo de sus honorarios. La asistencia jurídica gratuita sólo se presta a aquellos ciudadanos sin medios económicos para sufragarse la asistencia de un abogado de su elección.
En 2008 se tramitaron en la Comunidad Autónoma Vasca 41 expedientes de justicia gratuita. En esos casos, el Gobierno vasco paga 143 euros por asistencia a un detenido, 228 por tramitar un expediente administrativo de extranjería, 350 euros por un procedimiento penal ordinario o por un juicio rápido de violencia doméstica, 343 euros por procedimientos matrimoniales de mutuo acuerdo y 686 si son contenciosos.
Aún siendo voluntario, la voluntad no es suficiente; cualquier abogado no puede ejercer de oficio. Según explica el decano son necesarios ciertos requisitos: "Debe tener un mínimo de tres años de experiencia y realizar los cursos en la Escuela Práctica Jurídica o justificar que es especialista en esa materia presentando documentación sobre el número de casos que han llevado, etc.".
Hoy en día las listas están divididas en especialidades, de manera que cada letrado sólo se da de alta en las materias que domina: penal, penal especial, civil-mercantil, familia, social, administrativo, menores ó violencia doméstica y agresiones sexuales.
Cuándo se puede renunciar a un caso
¿Y en qué casos puede renunciar un abogado de oficio a la defensa de un cliente? A pesar de lo que pudiera creerse sólo puede renunciar en aquellos supuestos en los que hay una implicación directa del abogado o de sus familiares en el caso. "Si no es una circunstancia personal muy directa no pueden renunciar, no cabe la renuncia por motivos de conciencia", aclara Oleaga. "Hay quienes dicen que no pueden defender, por ejemplo, a violadores; pero el día que les toque, o lo enmascaran de otra manera o se les da de baja del turno de oficio".
Llegados a este punto, cabe preguntarse cómo se enfrenta un letrado a la defensa de alguien que considera culpable. Iñigo Santxo, abogado del bufete Gaurko asegura que muchas veces no es necesario preguntárselo para saber si el cliente es o no culpable. "Yo trato de conocer la verdad sin preguntarlo directamente, pero si no logro una versión creíble, en ocasiones, lo he preguntado directamente. Hay que tener en cuenta que debes llegar al juicio con una versión que reúna unos mínimos de credibilidad y congruencia".
En el ámbito penal es más sencillo, porque una cosa es la culpabilidad y otra las circunstancias modificatorias de la responsabilidad, los eximentes. "No hay una pena fija, puede haber muchas motivaciones Nosotros siempre hemos defendido que todo el mundo, incluso quien haya cometido el peor crimen, tiene derecho a que le defienda, porque no conocemos sus modificaciones, habrá que descubrirlas en un juicio", afirma Oleaga. "Al fin y al cabo, no es al abogado a quien corresponde hacer justicia", añade Santxo.
El letrado compara la situación con la de un futbolista que viste una camiseta extranjera y tiene que jugar contra su equipo de origen. "Ahí tienes el ejemplo de Aduriz cuando le ha tocado jugar con el Mallorca contra el Athletic. Tú haces tu trabajo y si la administración no logra castigarle, ellos verán en qué han fallado".
Alcanzar acuerdos
De todas formas, Santxo explica que la autoría no lo es todo en un proceso y que muchos juicios se ganan por errores de forma e incluso cabe la transacción entre las partes. "En ocasiones, surge la posibilidad de alcanzar acuerdos con la acusación. En esos casos, lo fundamental suele ser, por un lado, garantizar la indemnización de la víctima y, por otro, que el castigo no sea excesivo, y que, en la medida de lo posible, pueda quedar en suspenso. Al fin y al cabo la cárcel no cumple el objetivo de la reinserción social, por eso, el que un cliente acabe en prisión siempre es un fracaso, aunque repudies su crimen".
Oleaga aclara que el ámbito penal es el mayoritario y el más vistoso, pero no el único. "Puede ocurrir que en cuestiones civiles te corresponda defender a alguien acusado de impago y realmente no haya pagado". En ese ámbito, si las pretensiones son insostenibles, el abogado puede realizar un informe y se le exime de continuar con el cliente. "De todas maneras, si el cliente insiste, se le nombra otro abogado de oficio que no puede eximirse", explica el decano.