Lunes, 02-03-09
ISABEL RODRÍGUEZ DE LA TORRE
VALENCIA. Resuenan, a lo lejos, pero resuenan tambores de huelga en la abogacía valenciana. Al malestar de los abogados del turno de oficio por el retraso con el que la Conselleria de Justicia paga la asistencia que prestan a aquellos ciudadanos que no tienen recursos, se une el temor a una privatización de este servicio, proceso que ya han acometido otras comunidades autónomas.
Las situaciones no son idénticas, pero los abogados valencianos miran a la capital de España, a Alcalá de Henares, a La Coruña y a Gijón. Allí los letrados han pasado a la acción; han protagonizado encierros, han renunciado a hacer guardias.... Aquí, los letrados inscritos en el turno, 3.000 de los 9.000 colegiados, están menos organizados; pero la «revuelta» empieza a tomar cuerpo a través del correo electrónico, de foros jurídicos, de encuentros improvisados...Los secretarios y los jueces dieron el primer paso.Ahora les toca a ellos. Las quejas han sido tantas, que han forzado al decano, Francisco Real, a convocar una asamblea. Se celebró el pasado lunes. Fue tensa, muy tensa.
Más usuarios, menos dinero.
El hecho de que el dinero destinado por la Generalitat el pasado año haya resultado insuficiente -de ahí el retraso en el pago del último trimestre-y que el presupuesto para justicia gratuita para 2009 haya pasado de 20,5 millones a 16,5, no ha hecho sino aumentar la preocupación de un colectivo en un año en el que, además, se presume un incremento importante de la litigiosidad por la crisis. Hay más gente pobre, más gente con problemas y menos dinero para atenderlos.
La consellera de Justicia, Paula Sánchez de León, admite que las dificultades para hacer frente al pago del último trimestre de 2009 en el plazo comprometido pueden repetirse e insiste en la necesidad de «más control» sobre los servicios que prestan los letrados. «Todavía no sabemos cómo. Pero hay que hacer algo porque se ha disparado. Lo de la privatización ni nos lo hemos planteado». Así lo transmitió hace varias semanas al Consejo Valenciano de Colegios de Abogados. Y es el mensaje que trasladó el decano a quienes asistieron a la asamblea del lunes.
Convenció a pocos. Por el contenido de su discurso: «Parecía un portavoz de la Conselleria y es nuestro decano, tiene que defender nuestros intereses», critica una letrada. Y por la forma de la convocatoria: «Puso la reunión a la una, a esa hora la gente está en los juzgados. Aun así había unas 300 personas. Pero a las dos y cuarto dio la reunión por terminada. Había muchas preguntas por hacer y muchas respuestas que dar», apunta una de las asistentes a esa asamblea.
«Sabía lo que iba a pasar; intuía lío. Si la convoca a las nueve estamos allí hasta las tres y salimos a tortas. La gente estaba muy cabreada», añade otro.
Dicen que el decano se limitó a dar las cifras de lo que se ha incrementado el presupuesto de la Generalitat en los últimos años, que dio cuenta de sus gestiones ante la Conselleria cuando ésta se ha retrasado casi mes y medio en pagar y que cuando escuchó la palabra huelga dijo: «Los jueces han ido y ¿qué han conseguido?. Nada». Los abogados se quejan de que nos les informe lo suficiente; de que no escuche sus propuestas...
El Colegio de Abogados cobra a trimestre vencido los honorarios devengados por el turno de oficio. Se factura un trimestre y la Conselleria paga el último mes del siguiente trimestre. En estos momentos, la Conselleria está al día de pago -tiene hasta finales de marzo para pagar saldar el último trimestre de 2008-. Pero ha pasado aprietos para hacer frente al pago del tercer trimestre. Abonó primero una parte y hasta mediados de febrero no aportó el resto.
El malestar es colectivo aunque hay posturas discrepantes. «El decano debe dejar de presumir del convenio que firmó con la Conselleria. ¿De qué vale si lo incumplen sistemáticamente? Es papel mojado», explica, indignado, un letrado.
«Si nos comparamos con otros proveedores de la administración que tardan años en cobrar, lo nuestro es una cosa minúscula», replica otro. «Es inadmisible, pero hay que tener un poco de memoria histórica. Cuando el que pagaba era el Ministerio tardábamos año y año y medio en cobrar», recuerda un tercero.
«Mientras sigan pagando así es soportable», razona uno de los asistentes a la «alborotada» asamblea. «La gente no tiene visión de futuro. No tiene sentido enfrentarse a la Conselleria. ¿Qué sentido tiene morder la mano que te da de comer? Lo que hay que hacer es prestar un buen servicio para que no lo privaticen».
Alicia Renovell es diputada del turno de oficio. «Cobramos mucho mejor que hace unos años», dice. Los usuarios de la justicia gratuita se han disparado con la crisis y el incremento de la población extranjera y un presupuesto a la baja avecina problemas de cobro admitidos por el Consell. «Estamos a verlas venir. Conforme vengan los problemas, los iremos solucionando. Es cierto que hay menos dinero pero no sabemos si la Conselleria puede pasar partidas de un lado a otro».
150 euros por una guardia.
Para un abogado, el turno de oficio puede suponer el 70% de los ingresos de su despacho. Cobrar con retraso puede estrangular esa pequeña pyme. «Tenemos una línea de crédito con un banco para que adelante el dinero a un interés muy bajito y estamos en negociaciones con otros», explica Renovell. Son pocos los letrados que recurren a esta bombona de oxígeno. En la Asamblea hubo abogados que reclamaron una revisión de los honorarios, los mismos desde 2005, y hubo también quien consideró que, con ser legítima la reclamación, no era oportuno plantearla en tiempos de crisis.
«No está bien pagado», se lamenta uno. «Tampoco está tan mal», discrepa otro. Perciben 150 euros por cada guardia; si realizan más de seis asistencias, cobran 300. Por cada juicio rápido que celebren durante la guardia suman 240 euros más y no es extraordinario que celebren uno o dos. «A veces trabajas mucho y no te sale rentable, pero hay gente que gana 3.000 euros al mes así».
Los referentes
Entre la situación de Valencia y la de Madrid media un abismo. El gobierno de Esperanza Aguirre adeuda 24 millones de euros por honorarios devengados en 2008. Tres trimestres. Cerca de 400 letrados se encerraron durante 12 horas en la sede del colegio para escenificar su malestar. Van a censurar a su decano y mantienen un calendario de protestas. Son 4.500. A partir de hoy no harán guardias ni en penal ni en extranjería. Los detenidos sin recursos económicos quedarán en libertad al no contar con asistencia letrada. No se podrán tampoco abrir expedientes de expulsión.
La Comunidad de Madrid ya ha privatizado algunos servicios: de manera reconocida, lo ha hecho con el servicio de orientación jurídica a mayores; de manera encubierta, con el de extranjería.
Los abogados del turno de oficio de Alcalá de Henares llevan sin cobrar desde marzo. Les deben tres millones de euros. También se encerraron.Los de La Coruña están en huelga desde el 2 de febrero. El Consejo General de la Abogacía, que criticó la huelga de jueces pese a que dijo comprender los motivos que la inspiraban, se ha visto obligado a intervenir. Dice que las reivindicacion «muchas veces justas (...) no pueden prevalecer sobre el derecho a la tutela judicial efectiva». Al decano de Gijón le dio un tirón de orejas por permitir los carteles que tachaban de esquiroles a aquellos letrados que no secundaron las protestas. Allí, el ambiente también está revuelto.
Con estar molestos por los retrasos, en Valencia, lo que realmente preocupa es el «rumor» insistente de la privatización. No son pocos los que piensan que «a la Conselleria le saldría más rentable adjudicar el servicio a un bufete de prestigio, a despachos que contratarían luego a recién licenciados a los que pagarían 900 euros. Todos ganarían más dinero».
«El Colegio de Abogados se opondrá tajantemente», tranquiliza Renovell. Pero hay quien mira a Madrid y hecha mano del refranero: «Cuando las barbas de tu vecino veas pelar....»
El fantasma de la privatización del turno de oficio ha puesto en pie de guerra a los abogados de Valencia, que miran a Madrid _ Allí han pasado a la acción: encierros y paros; aquí la «revuelta» cobra fuerza